Radamel Falcao García, De Millonarios FC para el mundo

16 de junio de 2011

Radamel Falcao García, De Millonarios FC para el mundo



Nacido en el Caribe Colombiano en 1986, pero formado futbolísticamente en Bogotá, Falcao es la gran última aparición del fútbol colombiano. La vida parecía depararle un destino muy diferente al de su padre, Radamel, defensor samario que supo jugar profesionalmente al fútbol heredándole a Falcao la pasión y la voluntad del futbolista sacrificado, pero unos cuantos metros más arriba de los que se ubicaba su padre: Falcao es goleador.

“Se iba del equipo para la selección siendo goleador, volvía, se demoraba por allá y así y todo no lo alcanzaban en el tope de artilleros”, dijo alguna vez un excompañero suyo. Precisamente para el público colombiano, que nunca lo vio en el torneo profesional, las primeras noticias de Falcao provenían de sus “escándalos” con la red primero en el ambiente de fútbol juvenil Bogotano y Nacional.

Falcao era de lejos una de las promesas infantiles y juveniles más destacadas del panorama, pero de pronto los reflectores de la prensa perdieron su pista. Un tiempo después todos supieron que ese jugador que era una promesa, había recalado en River Plate, una de las dos escuadras más importantes del fútbol gaucho.

Entre esos dos eventos hay una historia especial. El samario había sido tentado a la tierna edad de 11 años por el Ajax de Amsterdam, un club que tiene fama internacional por cooptar futbolistas infantiles, moldearlos, y volverlos grandes jugadores. Littmanen, Finidi, Kanú entre muchos otros chicos (así como el colombiano Johnnier Montaño) emigraron de sus lugares de origen para destacarse como figuras del fútbol mundial. Lo cierto es que Falcao tendría otro destino, porque su familia considero que aún era muy pequeño para emigrar, y tal vez porque él mismo tenía un destino en mente.


Ese destino tomó forma en la República Argentina, cuando el “tigre” tuvo su oportunidad. Una de las formas en las que muchos jugadores latinoamericanos ven que sus sueños pueden hacerse realidad es acceder a una prueba en los equipos que desean integrar; pero también es un juego frente al destino, porque salir adelante tiene que ver con el talento y la suerte.

Falcao se sometió a una a principios de la década de 2000, y quedó enganchado frente a su destino en River. Asi fuera un niño de 14 años, Falcao entonces demostraba la personalidad del ganador, y el talento del goleador.

De octava a tercera en River fue solo cuestión de adaptación al medio. Y en ese intermedio de inferiores Falcao potenciaría sus cualidades para irse convirtiendo en el delantero que ahora en 2011 reconocemos. Oportunismo, repentización, un salto envidiable, ataque a la pelota y manejo de perfiles eran valores que se veían en sus épocas de Colombia, pero que se tienen marca registrada en la escuela que recibió en Argentina, en River. Era cuestión de tiempo, paciencia y trabajo seguir por la ruta idónea que condice a los chicos con ilusiones, a futbolistas de primera.

Fue con Leonardo Astrada, ídolo de River, en 2005, cuando Falcao debutó. Fue contra Instituto. Se recuerda junto a otros chicos de inferiores- Federico Almerares y “ Pipita Higuaín” entre ellos- como la promoción nueva en ataque de la banda. Una noche fría de mayo de 2005 el tigre estrelló una pelota en el palo contra Gimnasia en Núñez, pero no conseguía anotar. Ya era un asiduo convocado por el DT millonario y pintaba como una promesa.

El relevo en la dirección de aquel que lo había hecho debutar, y la llegada de Reinaldo Merlo a la dirección del millonario fue el punto de inflexión en el desempeño del futuro goleador. “Mostaza” apostó por Falcao como un valor a tener en cuenta para solucionar una racha de derrotas y falta de gol .

Fue contra Independiente, el 2 de octubre de 2005, que el tigre logró su primer gol en el fútbol argentino. Todo hincha de River recordará la expresión de emoción del colombiano, que daba gracias a Dios por su primer gol en primera, algo que debe ser una sensación indescriptible para aquel que tiene como oficio hacer goles, y para ese niño que había apostado todo por hacer una carrera futbolística en otro terruño. Eso se demostró con la euforia desencadenada aquel domingo, después del doblete, cuando el tigre parecía no creer lo que el destino le tenía dispuesto.

Siete goles en siete partidos después de la quinta fecha del apertura 2005 mostraron la valía del nuevo ídolo de River Plate. Los medios periodísticos y la crítica futbolística resaltaban las labores de Falcao, que ya empezaba también a ser considerado por el seleccionador colombiano. Ya no era la promesa juvenil que tanto habíamos oído en Colombia, sino un delantero efectivo que empezaba a pesar en el ataque de la banda.

En el mejor momento de esa racha, una distensión deja a Falcao fuera de competición; la mala suerte se extendería también en 2006, cuando una lesión de ligamentos lo margina durante casi todo el 2006.

Pero la vuelta del tigre tendría un anuncio en el torneo de verano de 2007, cuando el colombiano marcó su primer gol a Boca, el clásico rival. Con Daniel Passarella como timonel – quien lo había elogiado llamándolo el “nuevo Van basten”- fue retomando el nivel, convirtió tripletas en la suramericana, volvió a facturar contra Boca, y se coronó campeón por primera vez en River con el equipo de Simeone, que daba la alegría después de 4 años. Falcao ya es un indiscutible.

Su salto a europa no se hizo esperar y fue uno de los equipos grandes de Portugal que adiquiriía al jugador en la temporada 2009 -2010. Falcao dejó river como el niño que deja su casa para seguir adelante. Desembarcó en Porto y se calzó esta vez una camiseta de color azul y blanco con un Dragón como insignia. “Quiero marcar una época en Porto” Fueron sus palabras para con los hinchas lusos acostumbrado a levantar copas y festejar campeonatos.

La adaptación al fútbol Portugués fue inmediata y Falcao respondió mejor de lo que todos esperaban en los primeros 6 meses en el club marcó 11 goles en 19 partidos y en su primera temporada con el equipo anotó en 36 oportunidades, con un promedio de gol de 0.86 goles por partido. De esta forma el Tigre demostraba que estaba a la altura del fútbol europeo, (marcó el mejor gol de la Champions League 2010).

Su relación con el fútbol nos ha mostrado que es también un gran tipo. La mesura e inteligencia en sus declaraciones, la imagen que ha dado con un tipo amigo de sus amigos y siempre accesible complementan sus valores futbolísticos. Y tan solo tiene 24 años. Muchos goles en River o en Europa, y un gran valor para la selección Colombia serán las cartas de presentación de este destacado delantero del fútbol mundial.

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