El portero de Portugal ostenta esa distición en la cita orbital de Colombia. Ahora viene Argentina.
El arquero completó 360 minutos sin recibir un gol en el Mundial Sub-20. Un hombre de pocas palabras y muchas atajadas que sueña con que su equipo vuelva a quedarse con la copa, que ganó en 1989 y 1991.
Cuando el país luso se coronó campeón por segunda vez del mundo en esta categoría, aquel 30 de junio de 1991, Michael Simoes Domínguez, Mika, apenas tenía 110 días de nacido. En ese momento de gloria, cuando Joao Pinto -capitán- levantó la copa del mundo, la actual columna vertebral del equipo europeo apenas gateaba.
Los años pasaron y a Mika, que juega en el modesto equipo Leira, de su país, se le reconoce hoy, como una de las principales figuras del seleccionado portugués, que enfrentará el sábado, a las 5 p.m., a la poderosa Argentina.
Mika, que nació en Yverdon, Suiza, y se nacionalizó portugués, demostró en Cali que sus capacidades en el arco se corresponden al estilo de juego de su equipo, pues este arquero, el único que no ha recibido hasta el momento ningún gol en su portería, es sobrio, tranquilo y ordenado.
"Tengo la responsabilidad de mantener el arco en cero", dice este arquero de brazos y piernas largas, que transportan un cuerpo de 94 kilos de peso, ante cada halago.
Siempre se ubica en los últimos puestos en el bus oficial, como si quisiera cumplir desde allí el mismo papel que hace en la cancha, animando desde la retaguardia: "Debo darle confianza a mis compañeros. Más si anotamos de primeros". Mika sabe porque lo dice: el seleccionado de Portugal, campeón de los mundiales de 1989 y 1991, ha puesto una regla en este mundial: comenzar arriba en el marcador para luego aguantar la diferencia.
Michael Simoes Domínguez, Mika, es el hombre que con sus atajadas quiere llevar a Portugal a una nueva final del mundo. Con pocas palabras y muchas atajadas, Mika quiere inscribir su nombre en la historia grande del fútbol de su país.
Opinión de Pedro Espinka, entrenador de arqueros de Portugal
Mika es un arquero que seguro. Siempre responde. Está bien ubicado y tiene un saque muy bueno. Pese a ser una persona tímida es un joven que habla en la cancha. Sus compañeros le hacen caso. Contra Guatemala, cuando fue más exigido, dio una clara muestra del buen arquero que es.
Cortesía: EFE.
El arquero completó 360 minutos sin recibir un gol en el Mundial Sub-20. Un hombre de pocas palabras y muchas atajadas que sueña con que su equipo vuelva a quedarse con la copa, que ganó en 1989 y 1991.
Cuando el país luso se coronó campeón por segunda vez del mundo en esta categoría, aquel 30 de junio de 1991, Michael Simoes Domínguez, Mika, apenas tenía 110 días de nacido. En ese momento de gloria, cuando Joao Pinto -capitán- levantó la copa del mundo, la actual columna vertebral del equipo europeo apenas gateaba.
Los años pasaron y a Mika, que juega en el modesto equipo Leira, de su país, se le reconoce hoy, como una de las principales figuras del seleccionado portugués, que enfrentará el sábado, a las 5 p.m., a la poderosa Argentina.
Mika, que nació en Yverdon, Suiza, y se nacionalizó portugués, demostró en Cali que sus capacidades en el arco se corresponden al estilo de juego de su equipo, pues este arquero, el único que no ha recibido hasta el momento ningún gol en su portería, es sobrio, tranquilo y ordenado.
"Tengo la responsabilidad de mantener el arco en cero", dice este arquero de brazos y piernas largas, que transportan un cuerpo de 94 kilos de peso, ante cada halago.
Siempre se ubica en los últimos puestos en el bus oficial, como si quisiera cumplir desde allí el mismo papel que hace en la cancha, animando desde la retaguardia: "Debo darle confianza a mis compañeros. Más si anotamos de primeros". Mika sabe porque lo dice: el seleccionado de Portugal, campeón de los mundiales de 1989 y 1991, ha puesto una regla en este mundial: comenzar arriba en el marcador para luego aguantar la diferencia.
Michael Simoes Domínguez, Mika, es el hombre que con sus atajadas quiere llevar a Portugal a una nueva final del mundo. Con pocas palabras y muchas atajadas, Mika quiere inscribir su nombre en la historia grande del fútbol de su país.
Opinión de Pedro Espinka, entrenador de arqueros de Portugal
Mika es un arquero que seguro. Siempre responde. Está bien ubicado y tiene un saque muy bueno. Pese a ser una persona tímida es un joven que habla en la cancha. Sus compañeros le hacen caso. Contra Guatemala, cuando fue más exigido, dio una clara muestra del buen arquero que es.
Cortesía: EFE.
Este articulo tiene 0 comentarios
Noticias Millos el sitio número 1 en noticias, vídeos, fotos, transmisiones EN VIVO, opiniones y muchas cosas más de Millonarios Fútbol Club.