Millonarios: El año en que volvió la confianza.

16 de diciembre de 2011

Millonarios: El año en que volvió la confianza.


A las puertas de alcanzar un cupo a la final del campeonato de fútbol colombiano después de una cómoda ventaja de 3-0 frente al Júnior de Barranquilla, el equipo capitalino se dejó igualar la cuenta y perdió el acceso a la final en definición de tiros penaltis. Un agridulce desenlace para una campaña deportiva que volvió a recobrar el entusiasmo de la afición albiazul por su escuadra.

Pasada la hoja de la campaña 2011, lo que corresponde ahora es hacer un balance objetivo sobre lo que quedó para Millonarios de cara a los retos del 2012. En primer término, sin duda el mayor logro del año que concluye es la organización administrativa del equipo. Después de más de dos décadas de manejos erráticos y en algunos casos indelicados o fraudulentos, se abrió paso en la institución un proceso de reingeniería que empieza a dar frutos.

La transformación societaria del equipo, con dirigentes comprometidos en las finanzas del club, pagos oportunos a los jugadores y un sistema administrativo confiable, constituye un ejemplo que ya empieza a ser tenido en cuenta por otros clubes del rentado colombiano. De alguna manera, los avances en el desempeño deportivo del equipo después de interminables torneos de fracasos, representa un escenario para seguir creciendo deportiva y económicamente.

Ya en la parte deportiva, al margen del campeonato de la Copa Colombia que le dio cupo a Millonarios a la Copa Suramericana de 2012, los avances en la reclasificación y el regreso del equipo a las finales en ambos campeonatos de 2011, el año que concluye le deja al onceno dos jugadores de los que ya puede decirse que son profesionales del fútbol. El central Pedro Franco y el lateral izquierdo o volante por izquierda, Luis Mosquera.

Respecto al primero, se tenían fundadas expectativas en su desempeño luego de participar en las categorías juveniles del propio equipo embajador y de la selección Colombia. Hoy puede decirse que ha nacido un nuevo jugador de fútbol para Millonarios. En cuanto a Mosquera, definitivamente pudo demostrar que tiene presente como deportista y, por lo tanto, futuro en esta actividad. Su rendimiento parejo le augura éxito en nuevos desafíos deportivos.

Dos jugadores más muestran facetas importantes, pero aún les falta tiempo para demostrar que pueden ser titulares de la escuadra en un equipo más competitivo. Se trata de Ómar Vásquez y Erick Moreno. El primero, con buena acogida entre la afición, regresó después de una larga lesión y apenas en los últimos encuentros logró algunos chispazos de liderazgo en el mediocampo y acompañamiento a Mayer Candelo. Sin embargo, aún le falta mucho y eso lo da la competencia deportiva. De todos modos, es un valor a tener en cuenta.

En cuanto a Erick Moreno, podría decirse que es la revelación de Millonarios en 2011, eso que sólo apareció en el segundo torneo. Obtuvo goles importantes, demostró capacidad para moverse entre defensas apretadas, pero aún es prematuro hablar de su consolidación como profesional. Más aún, si se tiene en cuenta que precisamente el talón de Aquiles de Millonarios durante el año que concluye fue su línea delantera, que se cansó de desperdiciar goles en partidos cruciales.

Respecto al resto del equipo, el balance es más positivo que negativo. Lo más importante es que encontró un arquero que ojalá se conserve para bien del equipo. Sin duda alguna, Nelson Ramos es una de las figuras de Millonarios 2011. Pero su óptimo rendimiento también demuestra que la línea defensiva tuvo muchos altibajos durante la temporada, al punto de que deja una evaluación inestable sobre su desempeño colectivo.

Los centrales José Mera y Alejandro Cíchero probaron que aún conservan buenas condiciones como futbolistas, pero su ciclo deportivo está concluyendo. Por eso, además de Pedro Franco, Millonarios requiere encontrar nuevos centrales que lo acompañen. Para el segundo semestre de 2011 llegó Flavio Córdoba, pero tuvo pocas oportunidades. También jugó Oswaldo Enríquez de discreto desempeño. Pensando en 2012, en esta área del campo urge una renovación deportiva.

Pero si por los lados de los centrales el balance es mixto, en cuanto a los laterales la deuda es enorme. Por el flanco derecho, Lewis Ochoa alcanzó un rendimiento importante, pero no tiene un sustituto a la vista y el jugador no pertenece al club. En cambio por la franja izquierda la crisis es total. Si bien en el primer torneo se logró una importante contratación como lo fue Juan Guillermo Domínguez, a su salida quedó un hueco enorme que no pudo ser llenado.

Casi improvisado, jugó como lateral Harold Martínez, quien demostró que basta mirar por los campos de la Liga de Fútbol de Bogotá para comprobar que puede haber 10 jugadores superiores a sus condiciones. Tiene algo de marca, pero definitivamente no es un lateral izquierdo de campanillas. Y en la base de Millonarios no se advierte un reemplazo. En esta posición, clave hoy en el fútbol, el equipo necesita un revulsivo de calidad.

En cuanto al mediocampo, a pesar de la resistencia de alguna parte de la hinchada, hay que hacer una mención especial a Mayer Candelo. Un excelente jugador de fútbol. Talentoso, inteligente, comprometido. Ya los años empiezan a hacer más lento su fútbol, pero los mejores momentos de Millonario en 2011, pasan por los pies de Candelo, así haya desperdiciado el penalti que le costó la eliminación ante Júnior de Barranquilla. Pero Candelo necesita un socio y más aún ante la perspectiva de que su ciclo deportivo también empieza a agotarse.

Y ahí está la médula del problema: ¿quién puede ser el acompañante de Candelo? A ratos fue Ómar Vásquez, pero le falta. En momentos fue José Luis Tancredi, pero en el instante en que empezaba a desarrollar su juego tuvo una grave lesión. Otros como Jefferson Angulo tuvieron una que otra oportunidad, pero sin convencer. A Mayer Candelo le queda mucho fútbol, pero también requiere quién vaya siendo su reemplazo o al menos su complemento.

En lo que refiere a los volantes de primera línea, sin duda que puede ser la línea más coherente del equipo. La dupla que crearon Rafael Robayo y Juan Esteban Ortiz llegó a tener momentos destacados. Con un punto favorable para el primero: es el ídolo de la afición. Su derroche en la cancha logra suplir sus deficiencias técnicas y su desorden táctico. Pero por fortuna, ahí estuvo ‘Ganiza’ Ortiz, otro de los grandes baluartes de la institución en 2011. El problema será cómo sostener esta pareja de volantes centrales.

Desde hace varias temporadas se habla de que Robayo vaya al extranjero o a otro equipo de Colombia. Él mismo ha insistido en darse un nuevo aire. De concretarse la salida del jugador, estaría en su reemplazo Elkin Blanco, quien muestra capacidades, pero aún le falta competencia. En cuanto a Ortiz, la junta directiva del equipo debe pensar seriamente en cómo conservar a este futbolista que ha sido clave para el buen desempeño del equipo.

Y hasta ahí porque en materia de delanteros, la situación es caótica. El más destacado fue Edison Tolosa, que tuvo un buen registro de anotaciones durante el año, aunque se le cerró el arco en el momento crucial del campeonato. Pero fueron más las ocasiones despilfarradas que los goles alcanzados. Se salva a la hora de los balances, pero Millonarios ante todo requiere con urgencia delanteros de peso, quizás que acompañen a Tolosa.

La sequía fue total. Algunos chispazos con Erick Moreno, el mismo mediocre desempeño con Millonarios de Wilson Carpintero, un paraguayo de apellido Ibarrola que no alcanzó a jugar un partido completo y dos jóvenes de apellidos Barros y Bocanegra a quienes se les quedaron debiendo oportunidades. En buena medida lo que le faltó a Millonarios para redondear una faena exitosa en 2011, fueron delanteros, y pensando en 2012, con los retos en Colombia y en el exterior, ahí está la pieza que falta.

Finalmente, en cuanto al técnico Richard Páez, no termina de convencer. Es un caballero, dentro y fuera de la cancha, se expresa muy bien ante los medios, su formación profesional es evidente, pero a lo largo de los distintos partidos dejó ver ciertos vacíos para entender el juego de sus rivales o descubrir el propio. A ratos improvisaciones, en ciertos momentos modificaciones incomprensibles, pero en colectivo un equipo integrado, solidario y tratando de alcanzar un objetivo.

En esa medida, por supuesto que Richard Páez salva el año, y los resultados lo demuestran. Pero le falta o malicia para entender la dinámica propia del fútbol colombiano o cancha para terminar de ganar y manejar los resultados. Él insiste que se muere con su modelo ofensivo, pero en el fondo hay cierta distancia entre la palabra y los hechos porque en el equilibrio entre defensa y ataque se vio más un equipo combativo que ordenado. Su tarea fue importante, pero sigue en deuda con una afición que aún le critica ciertas inconsistencias a la hora de resolver los partidos.

En síntesis, Millonarios concluye el año 2011 con más aciertos que retrocesos, pero viendo la escasez de la nómina y la falta de oportunidades a los más jóvenes, el reto para los directivos del club, los verdaderos gestores del proyecto, es reforzar el equipo con contrataciones de peso. Por lo menos, Millonarios necesita delanteros y que aparezcan los que se han venido formando en el club. Por ahí anda Subero y otros de su generación que ya merecen ser tenidos en cuenta. Y también hay quienes están cumpliendo su ciclo.

Después de lo sucedido en 2011, el reto para el año entrante no puede ser menor que la estrella 14. Con una dificultad a la vista: se van a jugar los torneos domésticos y una copa internacional, y eso requiere jugadores de primer nivel para ambos desafíos. Ahora viene la tregua de fin de año, pero la afición azul ha recobrado la confianza. El camino es menos oscuro que en el pasado reciente. Los directivos tienen la palabra para reforzar a un equipo que por fortuna volvió a los lugares de privilegio donde siempre debe estar.

COLPRENSA


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